Por: Amoratados
Hagamos conciencia sobre la salud física, mental y espiritual que repercute en el equilibrio. Asimismo, sobre la importancia de controlar las emociones y sentimientos que contaminan la
armonía corporal.
Actualmente el sedentarismo
es un estilo de vida que se caracteriza por la falta de actividad física, la principal
causa de enfermedades como la diabetes, obesidad y sobrepeso. Aunque existen campañas que promueven la
actividad física para incrementar la resistencia del músculo cardíaco, prevenir
enfermedades cardíacas, mejorar la función respiratoria y los reflejos
mentales, se vuelve complicado realizar ejercicio.
Es evidente que la falta
de ejercicio puede provocar la acumulación de grasa en el abdomen, que se
relaciona con padecimientos metabólicos y cardio-vasculares. El sedentarismo
también puede afectar a la población infantil y adolescente, trayendo como
desventajas el desarrollo incorrecto del aparato locomotor.
México ocupa el
segundo lugar en obesidad en la población adulta y el primero en la infantil,
las principales causas son las actividades sedentarias o inactivas como estar
sentado frente a una pantalla en la oficina o andar en transporte durante
varias horas del día.
Para logar una salud
física, además del ejercicio, es indispensable tener una salud mental y
espiritual que nos equilibre con la energía del universo. Es por eso que al igual que pensar en acudir
a un gimnasio, también debemos considerar una terapia, por ejemplo: Reiki,
que significa “energía vital universal”,
es una técnica de origen japonés que ayuda a canalizar la energía a nivel
físico, emocional y espiritual.
Se estima que hay más
de mil maestros y maestras de Reiki en el mundo, cuyos métodos se relacionan
con las enseñanzas del doctor Mikao Usui, religioso erudito japonés, desarrolló
la técnica del Reiki, en la década de 1800.
Otra terapia puede
ser la Biodanza, un sistema de integración afectiva, renovación orgánica y de
reaprendizaje, que ayuda a las personas a inducirse a su vida a través de la
música, canto y danza. La Biodanza es una técnica de desarrollo humano que
surgió en la década de los 60, gracias al psicólogo chileno Rolando Toro, quien
estudió las posibilidades humanas a partir del acceso al éxtasis y la plenitud.
La Biodanza se
encarga de estimular la alegría, el movimiento, la vinculación afectiva, el
erotismo, la expresión creativa que refuerza la conexión con la energía vital.
Además, ayuda a prevenir o disminuir el estrés, es un buen método para superar
la depresión, fortalece la autoestima, es fuente de motivación para el cambio y
brinda herramientas para la construcción de estilos saludables.
¿Qué actividad física realizas?
Considera que la
falta de actividad física y un estilo de vida sedentario restan años en la
calidad de vida, principalmente de aquellas personas que presentan diabetes, obesidad, sobrepeso y
problemas respiratorios o cardiovasculares.
La actividad física
realizada de forma responsable, permanente y adecuada, incrementa la
resistencia del músculo cardíaco, amplía la red de capilares sanguíneos
contribuyendo a la prevención de enfermedades cardíacas, mejora la función
respiratoria y los reflejos físicos y mentales.
También debemos
cuestionar. ¿Cómo ejercitas tu cerebro?
Antes se creía que la
pérdida de memoria era parte del proceso natural del envejecimiento, sin
embargo, actualmente se ha demostrado que
hay otros factores como malos hábitos alimenticios y falta de ejercicio
cerebral.
Para lograr un
equilibrio físico, también se debe pensar en la gimnasia cerebral como una herramienta que ayuda
a mejorar la atención, concentración, memoria, seguridad, y fortalecer la
convivencia con las demás personas. Algunas técnicas de la gimnasia cerebral
son: tomar agua todos los días, leer y
hacer el símbolo de infinito con los ojos, brazos, piernas y cintura.
Con la gimnasia
cerebral se logra estimular y desarrollar las habilidades de la memoria, a partir
de la conexión entre el cerebro y el cuerpo. Algunas actividades para ejercitar
la memoria son resolver crucigramas, memoramas y rompecabezas.
¿Qué tiempo le dedicas
a escuchar música? ¿Qué sientes cuándo escuchas música?
La música despierta
nuestras emociones, ayuda a calmar el dolor y consigue aportarnos la paz y
tranquilidad que a lo largo del día nos falta. Además, está demostrado que
escuchar diferentes ritmos tiene efectos positivos sobre la salud en las
personas de todas las edades.
Las personas que
tocan un instrumento musical tienen una conexión neuronal que mejora aspectos de la comunicación
humana, de ahí que los menores que tocan un instrumento adquieren un mejor
vocabulario y capacidad de lectura.
Escuchar música de
fondo, ya sea clásica o la que más te guste, mientras estas en una reunión,
realizas una tarea o desempeñas una actividad física te ayuda a relajarte,
concentrarte o rendir más.
Al escuchar música
puedes ayudar a que tu organismo tenga una mejor circulación, ya que trae
beneficios al sistema cardiovascular.
Además, si la escuchas con los ojos cerrados ayuda a relajarte y a equilibrar
las emociones, principalmente cuando se desea eliminar la sensación de miedo.
La música también
puede ser usada para trasladarnos a un estado de ánimo mucho más positivo.
Gracias a la música recordamos momentos felices, pero también aumentamos la
autoestima y la confianza en nosotros mismos.
Concluyo, para logar
una salud física, mental y espiritual que ayuden a mejorar la calidad de vida,
también es indispensable consultar especialistas en nutrición. Además de seguir
algunos pasos como realizar ejercicio físico para oxigenar el cuerpo, favorecer
al sistema cardiovascular, disminuir la presión sanguínea y mejorar la
circulación. Para prevenir se recomienda caminar, trotar, nadar, bailar,
esquiar o pedalear mínimo 30 minutos
diarios.
Recuerda, la actividad
física contribuye a mejorar la salud mental, reduce el estrés, la ansiedad,
depresión e incluso las fobias. Por si
fuera poco, con el ejercicio se puede mantener el peso ideal porque se queman
las calorías y la grasa almacenada. Haz la actividad y terapia que más te
guste.