"Si un sabio enseña a alguien que no tiene las virtudes necesarias para ello, roba la sabiduría y la destruye"....Interpretación de los escritos de Platón y Aristóteles.
La mayoría de las personas enfocamos nuestra vida a la búsqueda
del placer, y dejamos de lado el verdadero propósito de ser felices. Para
entender esta dicotomía hay que comprender que, la primera se resume en el conocimiento
“deseo de recibir” y la segunda en la sabiduría “deseo de compartir”.
La vida es un equilibrio, por lo tanto es neutra, para
adquirir la energía espiritual se necesita de las dos fuerzas, conocimiento y
sabiduría. Al lograr fusionarlas vienen milagros, que se manifiestan en el amor,
el éxito, el sexo tántrico blanco y la belleza espiritual.
Cuando los deseos y propósitos personales no dan resultado,
quiere decir que se enfocan al placer de recibir, por lo tanto se cierra la
puerta a la felicidad infinita, y para corregir los resultados se debe compartir en sabiduría.
La persona puede buscar el conocimiento, pero los resultados de sus metas se frustran, sobre todo cuando no se comparte con otras personas. Recuerde que, para
ir por tu felicidad se requiere entender que toda persona viene a servir, y
lo que está dispuesto a dar es lo mismo que recibirá. ¿Qué estás haciendo para
salir de tu zona de confort y ayudar a otros que hagan lo mismo?
Es sencilla la fórmula, ¿quieres milagros en tu vida?, antes
de querer recibir da, si quieres que las personas te escuchen, hazlo tu
primero, y si quieres amor, ama a los demás. Aunque esta fórmula es entendible,
llevarla a la práctica es complicado. ¿Cuáles son tus precios a pagar?
Cuando la persona se preocupa por su placer, se inicia el
camino largo de encontrar respuestas, y en su mayoría a su conveniencia. Es aquí
donde el conocimiento juega un papel importante, porque puedes tener toda la
información y con ella el conocimiento en leyes, argumentos de autores, pero
cuando lo guardas de forma egoísta, se desarrolla la soberbia, el egoísmo, la
ansiedad, el miedo, la vanidad, todo aquello que no funciona en tu vida.
Por lo tanto no puedes decir que eres una persona sabia, cuando
en realidad eres necia y egoísta. Si te dedicas a la sabiduría, que es el deseo
de compartir, todo aquello que deseas viene a ti, a través de la “Ley de la Atracción”.
Eliges ser una persona sabia, resístete al deseo de recibir, y de inmediato
crearás milagros en los demás y en ti, recuerda tienes el compromiso de
corregir y compartir con los demás.