Por: Amoratados.
El
soñar es el acto más puro de la conciencia, en donde se unen el subconsciente y consciente para hacer la
danza más bella en imágenes y otras veces contar las historias más crueles.
Hay
personas que nunca han soñado mientras que otras dicen soñar despiertas, como
si se desconectaran de su realidad y
vivieran en un mundo de fantasía, añoranza, felicidad, deseo o ambición.
Ya
lo dijera uno de los grandes psicoanalistas de la historia, Sigmund Freud, soñar
despierto es la manifestación nata de los instintos reprimidos de toda persona.
Asimismo es la necesidad innata de jugar, crear, imaginar y recrear nuestro entorno; algo que hicimos constantemente
de niños, pero que al crecer, muchos renunciamos al placer de jugar porque así
lo indicaba la sociedad.
¿Cuáles
son tus sueños?
Los años que integran una vida no son suficientes para esperar a que las cosas pasen, por lo
que nuestro objetivo debe ser acumular todas las experiencias necesarias que
nos impulsen a seguir soñando por medio de metas y objetivos. No olvidemos que
los sueños nos motivan a seguir caminando hacia la dirección de la
transformación física, económica, social, cultural y espiritualmente.
Lamentable, en la actualidad hay
personas que se conforman con una vida
mediocre e infeliz, aquellas que en un momento de decepción perdieron el coraje
de perseguir sus sueños. Lo peor se manifiesta cuando las nuevas generaciones
no sueñan sino que caminan en una estado vegetativo, en donde no conocen el verdadero sentido de soñar, por lo tanto
no tienen metas, lo que los hace estar a la deriva, esperando a que las cosas
pasen por sí solas.
Tal y como lo dijo (Moore, 1997) “Los sueños
son la forma más pura de
encantamiento. En ellos nos
encontramos a nosotros mismos cautivados
por personajes, locales, sucesos,
humores, episodios mágicos y
terrores. A medida que despertamos
de un sueño tenemos la impresión
de que hemos sido hechizados y que con el
despertar volvemos al mundo cotidiano.”
Desde luego que la mayoría de las personas desea
salir corriendo de una realidad monótona y aburrida, sobre todo cuando ya se
nos olvidó que el final más hermoso de un sueño es verlo hecho realidad. Porque sin duda
los sueños permiten acercarnos a nuestro inconsciente, el cual se construye de imágenes, pensamientos e ideas creativas que surgen de la acumulación
de las experiencias.
¿Cuándo
dejaste de soñar? ¿Quién te robó tus
sueños?
Desde luego que soñar debe ser
placentero sobre todo cuando las personas entienden que los sueños se
relacionan con las experiencias diarias,
como si se trataran de una guía que brinda una comprensión de la vida real.
He conocido a muchas personas
que abandonan sus sueños por el miedo a equivocarse, desde luego que esto se
refleja porque en algún momento dejaron de jugar y divertirse a creer en sí mismas. La realidad es que nadie puede robar
tus sueños, porque soñar no es otra cosa que la manifestación del alma que pide
sentirse plena cada día.
Volver a soñar significa que
“el alma encuentra su hogar en aquel
lugar tan profundo, pero para la conciencia éste a menudo resulta
demasiado oscuro y tenebroso. Nos
sentimos tentados a iluminar los rincones con la luz de la comprensión,
pero también podemos tratar nuestros sueños como altares iniciáticos,
donde las actitudes pueden ser profundizadas
y las perspectivas empleadas.”
(Moore, 1997)
¿Qué esperas para hacer
realidad tus sueños? ¿Por
qué te resistes a soñar en la realidad?
No importa cual sea tu sueño,
siempre y cuando vaya por el camino del amor, porque el poder de este es la
magnitud de la manifestación de tu alma que quiere cumplir su única misión, la
de ser feliz. Cuando te instalas en la añoranza y decepción personal, te
sentirás tentado a aceptar la vida tal y como se nos presenta, mientras que ir
por tus sueños te hace libre, comprendes
que no existe nada sin la poesía del amor y que todo tiene una razón profunda del ser.
No olvides que “los
sueños a menudo ofrecen un excelente
modelo para la vida del alma, que
no depende de nuestras elecciones y experiencias.” (Moore, 1997) Esto de otra forma
se entiende que, al ir por tus sueños, haces realidad la insinuación del misterio
de tu interior.
¿Qué tan dispuesto estás en compartir tus sueños con tus seres queridos? ¿Quiénes
pueden ayudarte a realizar tus sueños? ¿Qué acciones harás para realizar tus
sueños?
En conclusión atrévete hacer
realidad tus sueños, quizá te ofrezcan el camino hacia otro nivel espiritual y
físico, un sueño hecho realidad es la satisfacción de una búsqueda racional del
amor, pero mucho más placentero y gratificante que hacer las cosas por agradar
a los demás.
Recuerda lo que dice (Moore, 1997) “los sueños nos
enseñan que el encanto es un estado del
ser, y no un mensaje. Nos muestra que podemos vivir en diferentes niveles y que podemos
retirarnos por completo del reino donde la vida se desarrolla”. Por último sólo
me queda invitarte a sentir el placer de soñar cada día.
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